lunes, 19 de enero de 2015

Para cuando vuelvas a dolerme

  Es totalmente increíble cómo pasa el tiempo.
  Mírenme. Terminé el secundario y se supone que estoy por empezar la facultad; pero para llegar a este punto tuve que atravesar muchos momentos.
  Estoy escribiendo esto para cerrar una etapa que ya no puedo seguir postergando o tratando de ocultar. Me duele cada parte del cuerpo de solo pensarlo, de pensar que siempre pusiste adelante a cualquier persona antes que a mí. No quiero sonar cruda maliciosa y resentida, me alegraría tener algunos buenos momentos para recordar y decir que no te odio, pero no es así. Hoy solo puedo recordar todas las cosas malas que me hiciste pasar, todos los llantos que te tuvieron de motivo. No te puedo recordar de otra forma que no sea "la persona que me usó y desechó mis sentimientos".
  Puede que hoy me duelas, tal vez siempre vayas a dolerme. Pero alguien me hizo darme cuenta que siempre que estaba mal era por tu culpa. Cada vez que lloraba, cada vez que me sentía como una mierda, vos eras el motivo.
  Me quejo de que nunca me pusiste primera en tu lista de personas importantes, que nunca creíste en mí, que nunca supiste darle valor a lo que sentía o hacia. La realidad es que yo te tenía primera en cualquier lado pero jamás creí en vos, ni te valoré, elegí creer en lo que me decían los demás. Y es que si elegí creer en los demás es porque me diste razones de sobra.
  Una vez me dijiste que no entendías por qué perdoné todo lo que me hizo una amiga y yo te respondo: la perdoné por la misma razón que en ese momento te estaba perdonando a vos. Porque a pesar de hacerme mil y una, a pesar de no olvidarme todo lo que hizo, la quería seguir teniendo conmigo.
  Siempre sentí tu resentimiento conmigo, no me digas que no, lo que me hiciste no lo hace una persona porque sí. Querías lastimarme.
  Te eliminé y bloqueé de todos lados porque ahora estoy empezando una nueva vida con alguien que sí me quiere y para hacerlo tengo que dejarte atrás. Ya no me gustás, te convertiste en una persona horrible ante mis ojos, seguramente te reirías si leés esto como te reíste a mis espaldas cuando me sinceré y te conté lo que sentía por vos.
  Te amé profundamente. También te odio. No reemplacé el sentimiento, ambos siguen existiendo, solo que te amo diferente porque no se puede tener un amor puro y odiar al mismo tiempo.
  No sé qué más contar. ¿Debería contar cómo volvés cada vez que te estoy desechando? Ese mensaje de texto, Dios. "Espero que seas muy feliz" ¿En serio? me lo creí una milésima de segundo hasta que recordé de quién venía. Yo no deseo que seas feliz. No lo merecés. La persona que yo veo no lo merece.
  Tal vez te extraño y por eso me seguís doliendo. Pero: ¿realmente te extraño? ¿realmente extraño lo quien sos ahora? No lo creo, estoy segura que lo que echo de menos es tu calidez, tu sonrisa, tu ingenuidad, extraño los momentos lindos, extraño esa persona que siempre me vio llorar como ninguna otra, extraño la confidencia, extraño la noche en que me quedé a dormir en tu casa, extraño lo que sentía por vos, extraño a una persona que ya no existe. Echo de menos la persona que era con vos. Extraño a las personas que vivieron esos momentos juntas.
  No voy a alargarlo más. No me voy a despedir de vos como vos te despediste de mí en 2 o 3 oraciones.
  Dejo esto inconcluso, para cuando tenga cosas que reclamar. Para cuando vuelvas a dolerme. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario